miércoles, 22 de mayo de 2013

Washington Mystics: Recuperando la mística



Seamos sinceros. Por muy mal que vayan las cosas en Washington D.C, peor que en la pasada temporada no lo pueden hacer. Y eso, quieras que no, tranquiliza. La franquicia capitalina ha tirado unos cuantos tabiques, ha alicatado los baños y ha puesto tarima flotante. Una auténtica revolución. Una de las decisiones más acertadas que podían tomar en Washington era la de traer a un técnico con experiencia y cierto rigor defensivo. Mike Thibault era el hombre. Una labor brillante en Connecticut le avala. No es que Trudi Lacey fuera mala entrenadora, pero después del 5-26 de la campaña anterior, lo más normal es que pueda pensarse que algo no se ha hecho bien.

Lógicamente, la marcha de Marissa Coleman y Alana Beard se tenía que notar, por supuesto. Pero no para hacer un 5-26, insisto. La limpieza del equipo no ha sido excesiva, pero sí acertada. Jasmine Thomas es una gran jugadora si tiene el día y le salen las cosas. Pero si, por el contrario, no está acertada, estás perdido. Durante el tiempo que pasó en Mystics, Jasmine demostró desparpajo, valentía, intensidad…y un nulo sentido del juego en equipo. Le gusta mucho tener la bola en sus manos. No es una playmaker. Ni de lejos, vaya. Su marcha y la de Noelle Quinn ha permitido renovar el perímetro.


Ivory Latta era el motor de Tulsa y ahora será la encargada de tomar el timón de la nave capitalina. Pese a que es una anotadora voraz, tiene un estilo bastante más refinado que Jasmine y puede ser, con bastantes más garantías, la directora de juego de este equipo. Matee Ajavon debería ser su compañera de andanzas, pero su escaso rendimiento antaño y la elección de Tayler Hill en el Draft hacen que no lo tengamos nada claro. Tayler viene avalada por su buen hacer en Ohio State y es probable que pueda dar un rendimiento inmediato al equipo. Pero sin duda, la llegada más importante –al menos bajo mi punto de vista- es la de Kia Vaughn. Michelle Snow ya no es ni la mitad de lo que era y Crystal Langhorne firmó el pasado año sus peores números desde 2009. Necesitaba una pareja interior decente y complementaria. DeMya Walker no lo era y Nakia Sanford tampoco. Pese a que estoy convencido de que Snow aún puede dar 15-16 mins de calidad por partido, Kia le va a dar un plus extra al juego interior de las Mystics.

Vaughn se vio superada por Kara Braxton en esta última temporada y en Washington buscará acercarse de nuevo al nivel que la llevó a ser candidata a Mejor 6º Mujer en 2011. Tiene presencia física, buen tiro desde 3/4 metros y movimientos interesantes al poste. No es ninguna bailarina de la pintura, pero suele ser efectiva. Va muy bien al rebote y posee cualidades defensivas nada despreciables. Con ella, Langhorne no sentirá todo el peso sobre sus hombros y el equipo lo agradecerá. También, y de forma sorprendente, está en el roster Emma Meesseman, que se ganó el puesto en el Training Camp y está siendo de las destacadas en pretemporada. Perfil distinto al de Kia, eso sí. Puede jugar más fuera y es más atlética. Corre bien la pista. Quizá esa variedad es la que se echaba de menos en Washington. Está por ver también el nivel de Monique Currie. En España –Perfumerías Avenida- lo ha hecho muy bien, desde luego. Pero todos sabemos lo irregular que es; lo demuestra año tras año. Una jugona indiscutible que si tuviera un rendimiento más constante sería demoledora.

No parece que las Mystics estén aún en disposición de pelear por entrar en Playoff, pero mejorarán ostensiblemente la cara del equipo y podrán olvidar el aciago año pasado. Eso sí, para ello, Mike tendrá que encajar todas las piezas correctamente y hacerlas funcionar como un bloque. Lo primero pasa por no encajar tantos puntos. Y lo segundo, por anotar alguno más. No he descubierto América, ya lo sé. Pero a veces es tan simple como eso. Espero y deseo que Washington recupere la mística que perdió hace ya tiempo. Veríamos una lucha preciosa en el Este de ser así.

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