lunes, 27 de mayo de 2013

Atlanta Dream: Juventud al poder


Corrientes de aire fresco y jovial llegan a la franquicia de Georgia para intentar hacer que el sueño de las Dream de ser campeonas se pueda hacer realidad. Esta campaña, con Erika de Souza desde el inicio de temporada, hay una base muy interesante sobre la que el equipo puede seguir construyendo un bloque muy compacto y sólido. Este año las Fever no lo van a tener tan fácil en el Este

Unas Fever que accedieron a la final del Este tras derrotar a Atlanta en la eliminatoria de semis. No fue un paseo para Indiana, que tuvo que remontar el 0-1 con el que había comenzado la eliminatoria. La sensación que quedó es que en Georgia dieron la temporada por buena, ya que la baja de Erika fue muy sensible y Angel tuvo problemas físicos en algunos partidos, mermando su producción. Este año, Erika está desde el principio, Angel McCoughtry sigue siendo la alma máter, Hayes y Henry ya son piezas clave en el equipo tras demostrar en su año rookie que su papel puede ser decisivo en próximas temporadas, ha llegado sangre fresca al backcourt… Aunque, si bien es cierto, uno de los vértices sobre los que giraba el equipo ha emigrado al salvaje Oeste.


La dirección del equipo ha sufrido cambios importantes. Lindsey Harding abandonaba Atlanta para recalar en Los Angeles, y su sustituta a los mandos de la nave es Jasmine Thomas. La exMystics es una jugadora, a priori, de un perfil un tanto distinto que Harding. Necesita mucho contacto con la bola, tiene más vocación ofensiva que distribuidora, tiene problemas para controlar los tiempos de partido y tiene gran déficit en la selección de sus tiros. Pero es joven y tiene un amplio margen de mejora. El balón en las Dream es propiedad de McCoughtry, así que no le va a quedar más remedio que adoptar un nuevo rol, evolucionar y desarrollarse como una verdadera base; ha llegado a un equipo con aspiraciones y con un bloque sólido al que tendrá que adaptarse. Atlanta ha depositado mucha confianza en la joven exbase de Duke y ésta tendrá que devolverla en forma de buen baloncesto. Cathrine Kraayeveld es la otra baja del equipo.

Además de Thomas, Alex Bentley, Courtney Clements, Ann-Marie Amstrong y Le´coe Willingham han llegado al equipo. Bentley y Clemens apuntalan el perímetro y han dejado buenísimas sensaciones en pretemporada. Tendrán oportunidades seguro. Willingham aportará veteranía y buen hacer en el poste. Amstrong tendrá un papel testimonial en la rotación –trash minutes-. La evolución de Sancho Lyttle la pasada temporada fue bestial. La mejora en su tiro de media distancia es evidente y su visión de juego para filtrar pases desde la zona es clave. Se destapó con la ausencia de Erika y este año volverá a tener importancia capital. 

Pese a la buena pinta del equipo, es muy arriesgado, para un equipo que aspira a metas muy altas, confiar el rumbo del equipo a unas jóvenes e inexpertas playmakers. El tiro les puede salir por la culata. En más de un partido veremos a Angel subir la bola y ordenar ella misma el ataque. Fred Williams tiene trabajo por delante para intentar que no se note demasiado la pérdida de Lindsey. Angel seguirá siendo el faro georgiano, y su intensidad será clave, al igual que la de Armintie Herrington –apellido de casada-. Tiffany Hayes y Aneika Henry serán claves saliendo desde el banquillo. Ambas completaron un primer año más que notable y en ellas hay puestas muchas esperanzas.

Aún así, las Dream no van a sufrir para meterse en Playoff y estarán en condiciones de disputar el trono de la conferencia Este. El golpe de timón ha sido fuerte, puede que el cambio de rumbo sea demasiado brusco, pero los tripulantes están preparados para cualquier dificultad que pueda presentarse a bordo. Son jóvenes sobradamente preparadas, vaya. El sueño de ser campeonas puede convertirse en realidad. 

jueves, 23 de mayo de 2013

Los Angeles Sparks: Parker quiere comenzar su leyenda


Candace Parker –hermana del exMaccabi y exNBA (PHI, ORL, TOR, CLE) Anthony Parker- aterrizó en la WNBA hace ya cinco temporadas. Recogió el testigo de la mejor jugadora de todos los tiempos e icono máximo en la ciudad de Los Angeles, Lisa Leslie, y se propuso conformar su propia leyenda con la camiseta angelina. Le ha dado tiempo a hacer muchas cosas en todo este tiempo (Rookie del año, MVP Regular Season, Quinteto All-WNBA…); además de dejar claro temporada tras temporada –lesiones y maternidad aparte- que es, probablemente, la jugadora de baloncesto más completa del mundo. Buen ojo tuvo Shelden Williams –pareja de Candace-, sin duda. Se llevó una auténtica joya.

La pasada temporada las Sparks quedaron a las puertas de la final de conferencia, donde unas –hasta ese momento- sólidas Lynx las apearon de la carrera por el trono WNBA (2-0). La sensación que quedó fue buena, por otra parte. El equipo venía de un par de temporadas muy flojas y el año pasado fue como una especie de resurrección californiana. Una resurrección que vino, en gran parte, de la mano de una jugadora de la que nadie esperaba que tuviera el tremendo impacto e importancia que tuvo, ni que asumiera el rol que acabó teniendo. Y no es otra que Kristi Toliver.

Kristi, Candace y Nneka Ogwumike formaron un tridente ofensivo letal, que llevó a las pupilas de Carol Ross –que se llevó el galardón de Mejor Entrenadora la pasada campaña- a acabar la Regular Season con un magnífico balance de 24-10. El salto de calidad que dio Kristi como base fue superlativo. Se convirtió, además de en una anotadora voraz, en una dominadora del ritmo de partido. Dejó de ser una simple ametralladora para ganar visión de juego y control de los partidos. 


Y esto abre una interrogante de cara a esta temporada. ¿Cuál será el papel de Toliver después del fichaje estrella de Lindsey Harding? Estando ausente Bird esta temporada, Lindsey pasa por ser la tercera mejor base de la competición –tras Whalen y Hammon-. Anota, dirige y defiende. Corre y roba. Acelera y frena. Es, de verdad, una jugadora muy interesante. Y va a ser la nueva base del conjunto californiano. Toliver se verá desplazada al puesto de escolta, con Alana Beard como alero, Nneka de cuatro y Parker –que podría jugar de lo que quisiera- como center. Así dispuesto, es un quinteto de auténtico lujo. Variedad y opciones defensivas y ofensivas por doquier. Una pinta estupenda, vaya.

Pero soy de los que piensa que las Sparks ganan una base estupenda –Harding- perdiendo una estupenda base –Toliver-. Imagino que intercambiaran posiciones durante los partidos. No creo que sea justo obligar sólo a Kristi a adaptarse a la posición de dos. Harding también jugará como escolta, sobre todo si hay que aplicarse en la defensa de la escolta del bando rival. Sólo se ha marchado Delisha Milton-Jones, por lo que el bloque sigue siendo el mismo que el del año pasado. La salida de la veterana alero supone un aumento del protagonismo de Marissa Coleman y una decidida apuesta por Jenna O´Hea y las rookies A´dia Mathies y Farhiya Abdi. Jantel Lavender y Ebony Hoffman completan un juego interior más que interesante.

Sobre el papel, hay calidad de sobra para intentar el asalto al título. Candace quiere estrenar su palmarés en la competición y está mentalizando al equipo de que este puede ser el año. Puede que el momento de que la fiebre amarilla vuelva a contagiar a la ciudad californiana como en los tiempos de Lisa Leslie. Y, si Parker de verdad quiere superar a su maestra, los títulos tienen que empezar a llegar. Más pronto que tarde, por si las moscas.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Washington Mystics: Recuperando la mística



Seamos sinceros. Por muy mal que vayan las cosas en Washington D.C, peor que en la pasada temporada no lo pueden hacer. Y eso, quieras que no, tranquiliza. La franquicia capitalina ha tirado unos cuantos tabiques, ha alicatado los baños y ha puesto tarima flotante. Una auténtica revolución. Una de las decisiones más acertadas que podían tomar en Washington era la de traer a un técnico con experiencia y cierto rigor defensivo. Mike Thibault era el hombre. Una labor brillante en Connecticut le avala. No es que Trudi Lacey fuera mala entrenadora, pero después del 5-26 de la campaña anterior, lo más normal es que pueda pensarse que algo no se ha hecho bien.

Lógicamente, la marcha de Marissa Coleman y Alana Beard se tenía que notar, por supuesto. Pero no para hacer un 5-26, insisto. La limpieza del equipo no ha sido excesiva, pero sí acertada. Jasmine Thomas es una gran jugadora si tiene el día y le salen las cosas. Pero si, por el contrario, no está acertada, estás perdido. Durante el tiempo que pasó en Mystics, Jasmine demostró desparpajo, valentía, intensidad…y un nulo sentido del juego en equipo. Le gusta mucho tener la bola en sus manos. No es una playmaker. Ni de lejos, vaya. Su marcha y la de Noelle Quinn ha permitido renovar el perímetro.


Ivory Latta era el motor de Tulsa y ahora será la encargada de tomar el timón de la nave capitalina. Pese a que es una anotadora voraz, tiene un estilo bastante más refinado que Jasmine y puede ser, con bastantes más garantías, la directora de juego de este equipo. Matee Ajavon debería ser su compañera de andanzas, pero su escaso rendimiento antaño y la elección de Tayler Hill en el Draft hacen que no lo tengamos nada claro. Tayler viene avalada por su buen hacer en Ohio State y es probable que pueda dar un rendimiento inmediato al equipo. Pero sin duda, la llegada más importante –al menos bajo mi punto de vista- es la de Kia Vaughn. Michelle Snow ya no es ni la mitad de lo que era y Crystal Langhorne firmó el pasado año sus peores números desde 2009. Necesitaba una pareja interior decente y complementaria. DeMya Walker no lo era y Nakia Sanford tampoco. Pese a que estoy convencido de que Snow aún puede dar 15-16 mins de calidad por partido, Kia le va a dar un plus extra al juego interior de las Mystics.

Vaughn se vio superada por Kara Braxton en esta última temporada y en Washington buscará acercarse de nuevo al nivel que la llevó a ser candidata a Mejor 6º Mujer en 2011. Tiene presencia física, buen tiro desde 3/4 metros y movimientos interesantes al poste. No es ninguna bailarina de la pintura, pero suele ser efectiva. Va muy bien al rebote y posee cualidades defensivas nada despreciables. Con ella, Langhorne no sentirá todo el peso sobre sus hombros y el equipo lo agradecerá. También, y de forma sorprendente, está en el roster Emma Meesseman, que se ganó el puesto en el Training Camp y está siendo de las destacadas en pretemporada. Perfil distinto al de Kia, eso sí. Puede jugar más fuera y es más atlética. Corre bien la pista. Quizá esa variedad es la que se echaba de menos en Washington. Está por ver también el nivel de Monique Currie. En España –Perfumerías Avenida- lo ha hecho muy bien, desde luego. Pero todos sabemos lo irregular que es; lo demuestra año tras año. Una jugona indiscutible que si tuviera un rendimiento más constante sería demoledora.

No parece que las Mystics estén aún en disposición de pelear por entrar en Playoff, pero mejorarán ostensiblemente la cara del equipo y podrán olvidar el aciago año pasado. Eso sí, para ello, Mike tendrá que encajar todas las piezas correctamente y hacerlas funcionar como un bloque. Lo primero pasa por no encajar tantos puntos. Y lo segundo, por anotar alguno más. No he descubierto América, ya lo sé. Pero a veces es tan simple como eso. Espero y deseo que Washington recupere la mística que perdió hace ya tiempo. Veríamos una lucha preciosa en el Este de ser así.

Seattle Storm: Travesía hacia la mediocridad



Tras un par de años en los que, aunque los truenos se hayan sucedido y haya habido numerosas precipitaciones, la tormenta no ha acabado de ser devastadora y siempre quedaba un claro, un halo de luz y esperanza en el cielo de Seattle. Pero después de su título en 2010, empezó a verse que aquella época gloriosa de las Storm estaba cerca de finalizar. Más de lo que parecía, desde luego.

La clasificación para los Playoff en las dos últimas temporadas –pese a que hayan cuajado actuaciones muy respetables en ambas eliminatorias- han sido espejismos. El bajo nivel del Oeste (LA en 2011 y PHO en 2012) permitió lo improbable. Ahora, con el rearme del Oeste, será difícil que el cielo de Seattle vuelva a abrirse. Al menos a corto plazo. La tormenta puede empezar de un momento a otro…

Las confirmaciones de baja por toda la temporada tanto de Sue Bird como de Lauren Jackson, cuerpo y alma de este equipo, ponen el punto final a un ciclo, por qué no decirlo, exitoso. Dos títulos (2004 y 2010) y buenas actuaciones en Regular Season y Playoff han hecho que Seattle estuviera en las quinielas año tras año. Pero los tiempos de bonanza parecen llegar a su fin. El horizonte que se vislumbra en el estado de Washington no es nada esperanzador. Pintan bastos.


La llegada de Temeka Johnson no servirá para llenar el vacío de Bird. Ni si quiera si le sumamos la de Noelle Quinn. Después del fiasco de Shekinna Stricklen la pasada campaña, nadie se atreve a valorar el impacto que pueda tener Tianna Hawkins en su primer año. Nakia Sanford se antoja demasiado poco para compensar las bajas de Jackson y Ann Wauters. Brian Agler tiene que buscar líderes en cancha que minimicen la pérdida del dúo dinámico. El núcleo duro del equipo -Tina Thompson, Tanisha Wright y Camille Little- tiene un duro trabajo por delante. Deberán erigirse como líderes y hacer la transición lo menos dolorosa posible.

Las sensaciones en pretemporada están siendo muy buenas. Excesivamente buenas. Lo que no hace sino hacer más larga la futura caída. Una caída hacia el abismo que comenzará más o menos a mediados de junio, cuando la mayoría de los equipos comiencen a funcionar a pleno rendimiento. Ahí empezará la travesía de Seattle, una travesía que conducirá a la franquicia a una mediocridad, esperemos pasajera, que hará que su rol en la conferencia Oeste cambie radicalmente. Va a pasar de luchar en Playoff a pelear por no ser el peor equipo del Oeste. Algo que así, a simple vista, no parece fácil de encajar.

Bienvenida, WNBA. Te echábamos de menos


Vuelve el mejor baloncesto femenino del planeta. En unas horas se da el pistoletazo de salida a la WNBA. La era Griner está a punto de comenzar… Mucho movimiento en las franquicias, un Draft que ha sido muy interesante o la apertura del abanico de favoritos al título hacen que la expectación por esta campaña haya aumentado exponencialmente.

La temporada pasada asistimos a un traspaso de poderes. El Oeste cedió el trono al Este. Pudimos comprobar que las Lynx, pese tener un equipo de escándalo, no fueron capaces de defender esa hegemonía -75 %:12 títulos para el Oeste de 16 disputados- y sucumbieron ante las Fever, que impidieron el back to back de Minnesota y devolvieron al Este a la cumbre. Indiana fue el segundo equipo del Este en la historia de la competición -16 años- en llevarse el título tras las Detroit Shock (2003, 2006 y 2008). Veremos qué conferencia sale vencedora este año.

Lo que está claro es que la lista de candidatos ha crecido, eso es innegable. En el Este, las Fever optan a revalidar su cetro, pero van a tener un serio competidor: Chicago Sky. La temporada anterior, el equipo de Illinois decepcionó. Ni llegó a clasificarse para la post-temporada. La lesión de Prince y el bajón productivo de Fowles lo impidieron. Pero este año, con la llegada de Delle Done, vuelven a tener el cartel de aspirantes, como mínimo, de llegar a la final de conferencia. Incluso las Dream podrían llegar a pelear por metas altas, pero habrá que ver la incidencia de la marcha de Harding a las Sparks.

En el Oeste, Minnesota sigue estando en las quinielas, pero realmente, el equipo sobre el que están puestas todas las miradas es Phoenix. Y no sólo por la llegada de Griner. Las Mercury recuperan a Penny Taylor -que se perdió la campaña pasada al completo- y tienen totalmente sana a Taurasi –que tuvo muchos problemas físicos la anterior temporada-. Si a eso le sumamos que Prahalis ya completó su aprendizaje y adaptación a la liga el año pasado, a Dupree y a Bonner, y por supuesto, a Griner, el cóctel puede ser explosivo. Son las máximas favoritas.


Pero además de esto, lo que el mundo baloncestístico está deseando ver ya es al Big Three de este Draft en acción. Tres mujeres que lideran una generación que puede ser histórica: Brittney Griner, Elena Delle Donne y Skylar Diggins. Cada una con las expectativas más altas que la anterior. Hasta el momento, la que más ha jugado es la que menos ha destacado. O la que no ha destacado como esperábamos. Diggins ha comenzado su andadura con Tulsa muy al tran tran. Tiene que adaptarse a compañeras, competición y ritmo de vida, pero aún así sabe a poco lo que nos ha regalado hasta ahora. Todo lo contrario que Elena y Brittney. Sólo han disputado un partido oficial de pretemporada, pero han firmado actuaciones grandiosas, acorde a lo que prometían. La lucha por el premio a rookie del año va a estar muy disputada y emocionante.

Y para finalizar, dos apuntes. Primero, estoy convencido de que será el año de Tulsa. No me cabe la menor duda. Han dejado marchar a Temeka y a Latta porque confían plenamente en Skylar. Han decidido que Diggins sea la piedra angular de la resurrección de las Shock y el equipo, esta campaña, tiene mimbres para, incluso, luchar por entrar en Playoff. Todo dependerá de cómo haya encajado el equipo la partida de sus motores la anterior temporada y la manera en la que los regresos y fichajes se vayan ensamblando. Tiffany regresa tras su maternidad, Cambage parece decidida a volver al equipo tras su año sabático -36 pts y 11 rebs de promedio en la liga China, embolsándose 400.000 $ -, han llegado Wiggins y Powell

Segundo, parece que el ciclo glorioso de las Storm llega a su fin. Las dos mujeres que llevaron al equipo a ganar dos títulos -2004 y 2012- no jugarán en todo el año, y sin Bird ni Jackson está por ver el verdadero nivel del equipo. Llevan dos años colándose en Playoff debido a la mala suerte de algunos equipos del Oeste (LA en 2011 y PHO en 2012), y pese a que en esta pretemporada están mostrando un buen nivel, no es en absoluto un baremo fiable para testar el nivel real de la franquicia. No van a disputar post-temporada. No van a hacer un buen papel. Y está por ver cómo encaja esto la afición y la cúpula de la franquicia. Una franquicia que quizá ha visto alargada su agonía en demasía, y que ahora, casi con toda seguridad, se precipita al abismo de la mediocridad.

Todo esto, junto con un sinfín de acciones espectaculares, jugadas prodigiosas, estadísticas increíbles y emocionantes historias, aquí, en Admitimos pelota como animal de compañía. Les espero.

Bienvenida, WNBA. Te echábamos de menos.