sábado, 1 de junio de 2013

Tulsa Shock: Skylar, qué bueno que llegaste


Tulsa es un equipo que cae bien. Caen simpáticas. En su corta experiencia –aterrizaron en la liga en 2010- en la competición las ha pasado canutas. Su media de victorias por temporada asciende a 6. Hace dos años establecieron el récord negativo de balance en una temporada sumando tan sólo 3 victorias y la friolera de 31 derrotas. El año pasado ya se atisbó una leve mejoría, llegando a las 9 y abandonando el último puesto del Oeste en detrimento de las lesionadas Mercury. Vale que en condiciones normales de presión y temperatura hubieran ocupado de nuevo el farolillo rojo, pero…

Tampoco se le podía exigír mucho al equipo. Las cosas de palacio van despacio; el proyecto tenía que ir ganando consistencia poco a poco. Pero parece que este año se ha dado un paso definitivo en cuanto al asentamiento de dicho proyecto, y es el establecimiento de la piedra angular sobre el que éste va a girar: Skylar Diggins. La bellísima exbase de Notre Dame llega a las Shock para ser la referencia del equipo, la líder. Una líder avalada por un periplo universitario inmaculado y por tener ese halo de seguridad y de confianza propios de un comandante en jefe al que todo el mundo respeta y venera. Y a pesar de su juventud y de estar en su año rookie, Skylar va a mandar en pista desde el primer día.  


Ivory Latta y Temeka Johnson se han marchado, con dirección Washington y Seattle respectivamente, en un claro gesto de la franquicia que demuestra su plena confianza en Diggins y en que ella sea el vértice sobre el que gire la historia futura de este equipo. Pero no sólo de Skylar va a vivir Tulsa, ni mucho menos. Hay dos regresos que son importantísimos para la plantilla: Tiffany Jackson-Jones y Liz Cambage. La primera no pudo disputar ningún partido el año pasado y la segunda ha dado por finalizado su año sabático por tierras chinas -36 pts y 11 rebs de promedio en la liga China, embolsándose 400.000 $- y volverá a ser la referencia interior de las Shock.

Sí, vale que las jugadoras que mantuvieron al conjunto de Gary Kloppenburg la pasada campaña –Latta y Johnson- ya no están. Sin embargo, el coach se encuentra ahora a un equipo mucho más compensado y, claramente, con más potencial. A Latta y Temeka las han sustituido Diggins y Candice Wiggins, que se unirá a otras dos exjugadoras de Stanford como Kayla Pedersen y otro de los flamantes fichajes junto con Wiggins: Nicole Powell. A esto hay que sumarle los regresos de Jackson-Jones y Cambage, que junto con Glory Johnson completan un juego interior de muchos quilates. Sumemos a la también rookie Angel Goodrich, Riquna Williams y Roneeka Hodges por fuera, además de Jennifer Lacy, y tendremos un equipito muy aseado y bien avenido, con más posibilidades de las que pueda parecer a simple vista.

En el Este, este equipo lucharía por entrar en Playoff. En el Oeste será más complicado. Todo dependerá de la manera en la que los regresos y las nuevas caras se vayan ensamblando, aunque arrebatar una plaza en post-temporada a Mercury, Lynx, Silver Stars y Sparks se antoja demasiado utópico. A pesar de todo, puede ser un buen año. Un año en el que la ciudad se vuelque con el equipo, en el que el BOK Center sea una fiesta en cada partido y deje de ser ese pabellón semivacío jornada tras jornada. En la que el equipo sea capaz de pelear los partidos hasta el final y no baje los brazos en cuanto el rival se marche. 

En definitiva, que demuestren al mundo entero, y a ellas mismas, que los días de ver a Tulsa abajo en la clasificación pueden llegar a su fin, que esto es el principio de un proyecto con una pinta estupenda que con trabajo y esfuerzo puede culminar en, quien sabe, la disputa de una serie de Playoff más pronto que tarde. Aunque bueno, lo mejor es que, ganen o pierdan, todos seguiremos siendo, al menos un poquito, de las Shock. Qué bueno que llegaste, Skylar.