jueves, 7 de junio de 2012

Phoenix Mercury: Tiempos difíciles en Arizona

No está el horno para bollos en Phoenix, no. Tras un inicio de temporada no muy esperanzador, las lesiones van a hacer que la campaña sea larga y poco halagüeña para las Mercury. Atrás quedó ya la época gloriosa de los dos campeonatos logrados. Podrán tomarse este como un año de relax. Son tiempos difíciles en Arizona.




Desde luego, mucho va a tener que trabajar Corey Gaines si quiere que esta temporada los aficionados de Phoenix tengan algo que celebrar. Han tenido mala suerte, también hay que reconocerlo. Que tus dos mejores jugadoras se lesionen no es plato de buen gusto, desde luego. Y es que, tras confirmarse definitivamente la baja de Penny Taylor para toda la temporada, ahora es Taurasi la que trae de cabeza a los servicios médicos, que le han dado la baja indefinida por unos problemas que arrastraba desde su regreso a EEUU tras jugar en Europa. El panorama no es demasiado alentador. Aunque la esperanza es lo último que se pierde. O al menos eso dicen.

La pasada campaña el equipo practicó un juego dinámico y vistoso que causó sensación y admiración a partes iguales. Se plantaron en la final del Oeste tras remontar la serie de semis frente a las Storm y sucumbieron ante las que a la postre serían las campeonas, las Lynx. Había mucha ilusión y expectación por ver de qué iban a ser capaces las Mercury este año, en el que habían mantenido a su plana mayor de estrellas y se habían reforzado, a priori, acertadamente. Todo se ha venido abajo muy rápido por culpa de las lesiones de Taylor y Taurasi, que, por desgracia, dejan el potencial del equipo reducido a la mitad. No es que lo que hay en plantilla sea malo, es que ellas dos son muy pero que muy buenas…

En el apartado de fichajes, tampoco se desenvolvieron mal. Pocos retoques, pero bien planteados. Tras seleccionar a Samantha Prahalis –nº 6- se deshicieron de Temeka y de Swanier. Toda una declaración de intenciones. Hay depositadas muchas esperanzas en la joven base. Además de Prahalis, Houston y Hornbuckle llegaron desde Minnesota; la primera, a cambio de una ronda de Draft y la segunda como free agent. Andrea Riley también aterrizó en el equipo con el traspaso de Temeka a Tulsa. Las Mercury, otro año más, siguen sin una center decente, aunque este aspecto no parece quitar el sueño a nadie en Phoenix. 

Sin los dos máximos puntales del equipo, la situación de algunas jugadoras ha dado un giro de 360º. A Prahalis se le va a exigir que produzca desde ya y se le dará la confianza necesaria como para que se convierta en la líder del equipo en ausencia de Diana. Dupree pasa a ser la referencia ofensiva junto con Bonner, que este año dejará a un lado su excelso papel de sexta mujer para ser la pívot titular del equipo de Arizona. Charde Houston es otra de las jugadoras que tendrá que dar un rendimiento casi inmediato. Va a pasar de jugar 7 u 8 min por partido a ser titular y jugar casi 30 por noche. Es un cambio grande. Quizá demasiado. En el banquillo, más bien poco, hablando con franqueza. Gray-Lawson, Sanford, Hornbuckle, Riley o la rookie Warley no parecen ser una amenaza para los equipos rivales. Éste va a ser uno de los lastres del equipo: en los minutos en los que la segunda unidad esté en cancha, la producción se va a ver mermada. Las titulares van a tener que jugar muchos minutos. Demasiados, y más si tenemos en cuenta el estilo de juego de este equipo: transiciones muy rápidas, posesiones cortas, juego a la carrera… run and gun de toda la vida, vaya. Y les costará mantener ese derroche físico todo el año.

Las salva el hecho de que el objetivo ya no son los Playoff. Al menos siendo consecuentes. El mayor desafío es integrar a Prahalis como jefa en la pista lo antes posible y encajar a Houston dentro del equipo. Lamentablemente, no les va a dar para mucho más. No llegarán a las 15/16 victorias.

CINCO INICIAL: Prahalis, Gray-Lawson, Houston, Dupree y Bonner

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